martes, 1 de septiembre de 2009

Meditación para la gente ocupada

Myriam Mora Alvarado / alquimistam@yahoo.com

El tren de vida actual impide hallar espacios para meditar. Pero es posible hacerlo en poco tiempo y en cualquier lugar, incluso al cocinar

Ejecutivos, hombres de negocios, oficinistas, amas de casa con niños, estudiantes, no encuentran tiempo para meditar. Pero, es posible hacerlo en cualquier momento, en pocos minutos, en la pausa del trabajo, en el almuerzo, camino a citas con fuerza de voluntad.

¿Se despierta cansado, débil para asumir el trabajo u organizar sus proyectos?, ¿siente que ha perdido fuerza? Su vitalidad y fuerza de voluntad están bajas. Usted es como un auto sin batería. No importa cuán inteligente o entusiasta sea, cuando esos elementos se agotan, incluso personas exitosas fallan. Un factor para sostener el control y conseguir los propósitos es mantener la vitalidad, así puede resolver problemas y tomar decisiones efectivas. Para lograrlo no necesita ropa especial ni postura mística. Basta con hallar el momento justo y dejarse llevar por estas sugerencias:

Coma de manera consciente

Cierre la puerta de la oficina o busque un lugar donde pueda almorzar sin interrupciones. Coma lento, solo lo que el estómago requiera y disfrute cada sabor. Beba agua o té. Respire. Esta es una variación abreviada de la meditación para las comidas.

Camine en un parque

Hágalo despacio y por donde haya árboles y flores. Respire, relaje el cuerpo y disfrute con sus ojos de las flores, los árboles y el cielo. Tome conciencia de sus pies, sienta el piso sobre el que camina. Siéntese unos minutos o recuéstese contra un árbol. Respire, deje que el cuerpo libere tensiones.

Sentarse

En la oficina acomódese 5 minutos en una silla o en el piso. Asegúrese de que la ropa no le apriete. Siéntese con la espalda relativamente recta. Cierre los ojos y respire. Concéntrese en su interior, observe la respiración. Esta actividad disminuye la actividad de las glándulas suprarrenales y reduce la presión arterial. Alivia el cansancio y renueva la reserva de energía del organismo.

Escuchar música

Escuche música suave, sentada en un sillón. Se sugieren canciones con ritmos similares a la respiración, al sonido de una cascada, un río, el latir del corazón, como la de valse. Respire. Cierre los ojos y piense que la música llega en círculos, sienta cómo el sonido lo envuelve. Llévelo a lo profundo de su centro, dos centímetros debajo del ombligo. En ese centro todo es silencio, paz y calma.

Ponerse en posición horizontal

Acuéstese en un sofá o el piso. Cierre los ojos, respire. Deje ir el cuerpo. Descargue la tensión hacia el piso o el sofá. Tome conciencia de cada parte del cuerpo. Comenzar en el centro, dos centímetros abajo del ombligo, relaje las piernas y todo el cuerpo, visualice el corazón como un punto de luz que se agranda a medida que respira. Retorne al centro y termine con el punto del corazón. Respire y abra sus ojos. 

Cocine con todos los sentidos

Escuche música suave. Mejor no hable a la hora de preparar los alimentos. Respire pausado para mantener la armonía. Tome conciencia de lo que hace. Si está disgustada déjelo y hágalo cuando se calme y haya practicado 5 minutos de respiración.

Modelo: Melina Luque de Baratau.

Texto tomado de Semana Holística: http://www.expreso.ec

1 comentario:

  1. Vivimos apurados por la urgencia, pero se pueden combinar acciones. Al menos así hago yo. Muy buen post. felicitaciones. Un abrazo

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